Mi creencia †: marzo 2009

Todo lo que hice no fue por despecho
Todo lo que consumí no fue por culpa tuya
Todo lo que ejercité no fue para sentirme mejor
Todo lo que alguna vez sentí, así se fue.

Todo lo que puedas imaginar, plasmalo aquí.
No dejés que tu corazón hable.
Ahora es tu mente, bajo un simple efecto de un polvo.
Mi cuerpo está conciente de lo que escribo. Como siempre.
Mis manos están hipersensibles.
Mis bostezos se retienen y mis parpados están firmes y abiertos.
Se que estoy exhausto, pero aún algo tiene ganas de moverse.

Yo acá no vine a escribir sobre mi situación física, sino la emocional.
Las emociones que alguna vez sentí, se fueron (te vuelvo a mencionar)
El abrigo de tu abrazo, lo reemplazé por un buen sweter.
Las caricias de las mañanas ya no son efectivas.
El último beso me hizo sentir un robot que hacía las cosas mecánicas
No, no pienses que no te quiero, no es eso.

Te hice hablar, por primera vez pudimos entrar en tu interior.
Conocimos el "por qué" de tu depresión adolescente.
Creo que en este ajedrez dijiste Jaque Mate, La ronda terminó.
Mi reloj paró y miraste a los ojos, pero no entendiste.
Todo lo que vino, se fue.

Pero aún se que no entendiste.
Mis manos sienten cosquillas, debería llorar un poco (siempre suelo hacerlo al invocarte). Pero no, ya no soy eso para-con vos.
Decidí crecer de una vez por todas. Si, crecer un poco más de lo que crecí junto a vos.
"Tengo que decir adiós" Frase muy usada. Pero es la forma que me viene ahora a la mente.
Decidí no sentir más por lo que alguna vez fuimos.
Decidí decir no a las esperanzas y me cansé de esperar una nueva respuesta.
No quiero que ahora intentes hacer grandes giros. Con 18 no quiero pensar en esos giros 180° que suceden en esta edad.

El destino desearía conspirar, pero esta vez tomé el timón de mi vida, y no pienso tirar anclás en nada.
El rumbo y el destino final es el mismo de siempre. Mi vida sigue su ruta.
Pero tengo que encajonar cosas que ya no dan frutos buenos. El árbol se secó.
No quiero que leas esto y me llames para decirme las cosas que siempre decís.
Yo quiero que seas muy felíz y te ayudes a superar esos mieditos que aún no sanan.

Mi paciencia se agotó.
Vos sabés todo lo que fuiste en un año. Vos sabés todo lo que sentimos.
Tranqui... Yo también lo se y no me olvido.

Pero vengo a decirte nuevamente que las cosas ya no tienen vuelta atrás ni segunda chance ni nada.
Me cansé de ser un idiota que mira como la vida pasa y vos aún estancado en situaciones que no me hacen nada bien.
No se (ni quiero saber) que es lo que tu alma necesita para dar un empujón de tal pozo, salir a la luz y volver a sonreir.

Ya me harté.
Se que es raro en mi, pero esta vez NO hay rencores en absoluto.

Suerte,buen provecho y a vivirla. Yo me bajo de este tren.

- Desperté sabiendo. Decidí no pensar más. Desayuné con la duda. Me duché luego con lágrimas. Me sequé con tu rostro destruido. Me vestí de felicidad y salí al mundo.

En mi bolso puse cosas que nunca debieran faltarme. Eran doce.

Una era el recuerdo.A su lado estaba la melancolía y la angustia. Ya eran tres.

La cuarta era un espejo.

La quinta era mi dignidad.

También había un ramo de desgracias y uno más grande y bella: mis triunfos futuros.

Una bolsa con semillas verdes y violetas.

Un globo era la cosa número nueve.

Y Una botella llena de una mezcla: vitalidad y serenidad plena.

-Pero solo tenés 11... ¿qué es lo que te no nombraste aún?

-Ah!... por supuesto...

-Esto que ves aquí es un cuchillo artesanal hecho de la más fina plata, con mango de alpaca.

Digamos que uno se cansa de llevar siempre a cuestas las mismas cosas. Y cuando quiera recomenzar, tomaré el cuchillo, me quitaré la vida y reencarnaré en lo que siempre soné.